El proyecto es una gruta excavada que sólo modifica el paisaje en busca de luz y aire, una reflexión moderna de la cueva antigua, fresca cuando el sol quema y cálida cuando el frío corta la piel. Se trata de alojar 12 obras de arte del siglo XX, todas ellas de diferentes corrientes y materiales, pero con el movimiento como tema común. Las obras están envueltas en unas chimeneas de hormigón que son a la vez las salas de exposición, los lucernarios y la propia estructura del proyecto. El paseo que hay que realizar para descubrirlas es el enlace que tiene el centro con respecto al propio paseo que afirman las obras, trasladando al hormigón de éstas las texturas de sus propios acabados. El museo también se une con el resto del programa artístico de Málaga, conectándose mediante una senda peatonal. A su paso por el solar, de pronunciada pendiente, la senda cultural se retuerce para hacer un desarrollo accesible a bicicletas y minusválidos, y también intercalarse con las chimeneas al contacto con el exterior. Todo ello desencadena un parque público en la ladera del solar, una floración mineral a modo de jardín escultórico que es recorrido por una senda que hace transitable la pendiente tanto para el visitante como para el vecino de la zona.
Me encanta
Gran ejemplo de PFC consecuente con su propia naturaleza de principio a fin del proceso, y lógico en su resolución de todos los ámbitos que conforman el proyectar como proceso creativo, y de materialización virtual de una idea origen en una construcción detallada de un recorrido concreto en post del disfrute del arte a mostrar.